Buscándote, buscándome, buscándonos.

Allí estábamos rodeados del humo del último cigarrito antes de marchar, quemando el poco tiempo que nos quedaba para buscar tener todo el tiempo del mundo. Éramos jóvenes y rebeldes y teníamos sueños, quizás demasiados, imposibles de cumplir. No os engañaré: el miedo se ceñía a mis ojos, a pesar de reflejar ilusión y esperanza, también en ellos se podía ver el miedo. Pero todo había cambiado ya, el mundo hacía mucho que ya no giraba bajo nuestros pies y nuestro viaje, seamos sinceros, sólo pretendía ser la recerca algo difícil de encontrar: nuestra rebelde y risueña alma.

1 comentario:

Rachel dijo...

A quien buscaras tu??? jaja