Me gustan tus zapatos. Parecen haber estado en muchos sitios y ¿sabes una cosa? podrían estar en muchos más, si tú quieres, a mi lado.
Me gustaría descifrar cada una de tus sonrisas y describirlas con simples acordes menores mientras mi voz fría y tórrida los mezcla con alguna que otra palabra de amor sin demasiado sentido.
Quiero que esta historia lleve el nombre de los dos y el protagonista sea este amor incondicional. Que la noche sea noche por el día. Espero encontrarnos por este camino, si esta es la senda del destino, y cruzar la primera puerta abierta que nos lleve a lo más inhóspito de este planeta.
Estaré dónde quiera que estés para estar de vuelta contigo, retorno a la niñez. Y espero que en nuestro rostro sigan siendo perceptibles signos de amor y alegría, simples y bellos, siendo cómo siempre hemos sido: pequeños y grandes a la vez.
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