¿Por dónde sale el sol...? Aquí no está, ni de día... ni de noche. Un suspiro me trae a otro suspiro y una lágrima recorre mi rostro como un vagabundo que recorre las calles buscando refugio en cajas de cartón. ¿He muerto...? Muero segundo tras segundo y el frío en mi alma es una lápida con mi nombre. Me estremece verme al espejo, que ese ya no soy yo, que mi camino está descosido, escondido en un cajón junto a mis recuerdos.
No me dejes solo aquí o me iré para siempre... no me dejes, que estoy muriendo...
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