Por eso voy marchitándome y me siento más lejos para sentirme más humano, alejado de la humanidad. Y como el viento que no sabe donde irá: ¿a dónde llegaremos sin habernos ido y a dónde marcharemos sin que lleguemos?
Me da vértigo los que se alejan de los que pensamos demasiado. De la misma manera me da vértigo alejarme yo de ellos, pero me es necesario romper la relación entre el público y la puesta en escena. Quizás sea la víctima o el payaso, pero no encuentro la manera. Ya reniego de mi ser, de ciudadano del mundo, éste no soy yo. Ni quiero serlo. Sólo quiero vivir entre hojas y animales. Y hallar también en lo más primitivo : mi muerte.
Desde lo más oscuro de mi sucio corazón.