Me aterra pensar en anidar,
en mil ramas, 
de distintos árboles.

Y no consigo ahuyentar
la mala costumbre
de recordar lo prohibido.

De encerrar en mi mente
tantos suspiros.

De encerrar en mi mente,
tantos anhelos.

Recordadme el día
en que sopló el aire.
Recordadme que no es latir,
si late consigo mismo,
contra el recuerdo.

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