La vida si la tapa la piel, si la persigue el destino, si la riegan los vinos, si la pinta el carmín.

Que quiero que los besos no me sepan a tu boca y tus juegos a jardines de ausentes amapolas. Y los vinos, amargos... amargos tragos por olvidar como el mar ama la Luna, que solo soy un saco de pelusas que desvanece por tus curvas.

Esperaré como humo que se deshace en el aire, que te canses de amores de cortos ratos, de los momentos de placeres, de los finales de cuentos inventados, mi bella cenicienta.

Y para mi, cada segundo será el último, cada momento, la eternidad. Viviré por la raza de los puros corazones y la libertad será el viento que se me llevará por caminos inhóspitos, donde la vida se abrirá paso entre la niebla de los fríos días de invierno.

Soñaré con la canción de los suspiros, que viene y va, sin fronteras ni cadenas, ni limites ni barreras.

Barreré las calles con los suspiros de mi alma, sin otro motivo que, a mi mismo, encontrarme.


Puede que un día sin más, se me olviden las letras que un día te canté.



Poco todo nada.

Eres, luz que brilla incandescente bajo las estrellas. El sabor del amor, las infinitas lineas paralelas. Un poco de mi, un poco de ti, un poco de ese lugar. Un poco de sueños y ilusiones, de sentimientos y emociones. Una hoja que se aferra al viento que a ninguna parte la lleva, que en la dulce y fría noche se enerva.

Eres otoño y primavera, noche estrellada y tormenta, rocío y escarcha, lluvia y niebla. Eres un poco de montaña, de cielo, de nube veraniega sin plaza en el cielo. Eres papel en blanco, pluma y tinta negra.

Un poco de mi, un poco de ti.

Eres la luz incandescente bajo las estrellas. Destino de camino, cuesta abajo, cuesta arriba. Los colores de la vida ciega.

Eres un poco de mi, un poco de ti.



Otoño de piedra.

Se acabó.


Se acabó como acaba el tren a final de trayecto, como resta en silencio el cielo después de la tormenta, como acaba, vacío, el baúl de viejos tiempos.

Como acaba el tiempo perdido, en nuestros recuerdos. Ese tiempo muerto, dos besos y un adiós.

Que puedo verte sin tenerte cerca y sentir tu mano con la mía. Puedo oir tú voz y dibujar en mi mente tu sonrisa, y el color de tus ojos que todo lo pintan. El de tus labios, y el de tus mejillas que enrojecían cuando la tímida voz de mi alma te decía que pa' siempre te querría.

Y fui repartiendo por caminos de nostalgia, el amor que por ti sentía y, en ellos, yo escondía esta soledad triste y pura que en mi corazón ya no cabía.

Y esperé. Esperé al otoño y llegué a la primavera, y en los campos yo me perdí. Pasito a pasito por los caminos de mi alma, cogiendo flores pa' ti, pa' que el tiempo pasara y al final a ti, ninguna flor llegara.


A duras penas, nada dura nada, como dura la pura soledad de mi alma.





No sé a que me sabe la vida, a cada bocao que le pego me sabe peor. A tristes ratos, a pochas uvas, a veces, pocas, a dos besos de buenos días.


¿Qué importa...?


Dime que me quieres y sabré que por mi ya nada sientes. Dime que para ti, yo todo lo era, y sabré que era mentira. No importa lo que digas, si así está mi alma, si así está mi corazón. Que lo aguanta los huesos, por los que tu decías que morías. Ya no importa lo que digas si mi alma, des de entonces, llevo cosida.



Me ahoga el vacío. Me ahoga incluso sentirme bien. Ser feliz es un agobio continuo, y no serlo, también.





¿Qué esperáis de mi? Yo que vivo cada día al borde del abismo. No sé que pensáis de ello, yo solo vivo pa' no saberlo. Algún día lo cantaré y nada quedará claro, nada clara ni nada cierto.

Triste mañana. Me levantado con el alma llena de pulgas, con la voz sin ganas y las manos vacías. Y en ese banco ví pasar a un hombre con la cabeza cabizbaja, mirada perdida, pasos perdidos. Piel morada por el frío, nariz rojita. Y esa mirada... impenetrable, que arde, que parece que ya nada le asusta, que ya nadie lo ate. Parece no tener miedo a nada. Pero en el fondo también cuelga de ese hilo a punto de romper, también le teme a los segundos, a las partidas. Pero salio a jugarla, y... a ganarla.


Seguimos un mismo destino lleno de ideales y modas convincentes, dejamos nuestro cuerpo y alma en manos de personas que nos venden y a pesar de todo... ¿Pedimos...dónde están nuestros sueños...? ¿Qué pedimos? Si los tenemos abandonados al olvido, podridos perdidos en nuestra alma que nos cuelga de este hilo.

El mundo está al cruzar la puerta, nuestros sueños, en nuestro corazón. Solo hay que luchar por ellos sin echar la culpa a los demás por nuestros fracasos.




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Y se fué. Otra vez. Como los recuerdos...

Yo no sé que haría sin ellos, son las flores y las frutas de la vida, el color y el sonido de las cosas, las imágenes, el tiempo muerto.

No soy demasiado inteligente, ni sé muchas cosas... Pero lo importante lo llevo inmortalizado en los recuerdos, en el corazón. Siempre he pensado que ahí dentro no se perderan. Ni el viento lo arrastrara, ni la lluvia lo mojara, ni nada.

No debes verlo, ni querer tocarlo. Procura sentirlo como si parte de tu cuerpo fuera una hoja bailando lentamente en el viento.

Yo recuerdo muchas cosas. La primera vez que subí a un columpio y.. me caí! el día que aprendí ir en bici... Es curioso como hay cosas importantes que no recuerdas.

Mi vida es así, recojo recuerdos y los almaceno. Ese soy yo. Quizás también sea solo parte de un recuerdo.

Menesteres cristalinos.

Le di un minuto al tiempo, y él, a mi, un silencio. Envuelto en papel de mil palabras, por manos vacías y tinta corrida. En lineas perdidas en atajos de incomprendidas tristes palabras ceñidas a la irrealidad, de lo nunca visto y lo que la vista nunca verá.

Papel que se arruga, como se arruga la vida cuando se tuerce en el camino y se hunden los pasos. Cuando te ahogas en un vaso lleno de penas, de tenía o nunca tendré.


Se acabó. Por un momento, se acabó. Se acabaron los ¿por qué? y los no lo sé. Los tantos por ciento de infinitos segundos descontentos, atrapados en un espiral de melancolía pura. Pura como el aire que acarician las aves que vuelan sin sentido en la vida. ¡Sin manías, sin juegos ni verdades ni mentiras!

Se acabó. Sin pasado ni contratiempos, sin futuro ni casillas de viejos juegos. De adivina, suplica y vence.

Se acabó. Como acaba el matiz del otoño, de las hojas cayendo en las primeras mañanas frías de invierno. Como un poeta sin noche, sin ahogo del vacío, sin piel, sin tormentas. Como un reloj en el desierto, como un reloj sin pilas.


Se acabó.




Perpetuo

Dice que quiere estar sola, que ella es la amapola del trigal. Aunque nadie la abandona, el viento la acaricia y se derrite cuando alguien le susurra: amémonos.

Vamos ¡no me jodas!

Sé que el viento es frío y la gente estúpida, y la vida ¡tan corta es!

Déjame que olvide ese minuto de silencio eterno, de eterna calma en la tarde bella.

Que solo es un recuerdo de pereza! ¡Si pereza! ¡Pereza de melancolía y tristeza!

Pena... mucha pena.

Cuando olvidas tardas poco en descubrir,... descubre tus sentidos. Sentirás como lentamente dejas de sentir. Con los ojos, con la piel, con los oídos.

¿Qué hay en tu mirada? Que refleja el vacío. Un pozo lleno de basura de tanto olvido. ¿Qué hay de tu piel que ya no sientes escalofríos? Una carretera mojada que lleva a un precipicio.

Otoño en mayo.

Todo ha cambiado. Hay veces que ocurre, tu vida cambia.

Llegado a ese momento en el que sabes que algo está empezando a cambiar pero, a la vez todo sigue igual, debes reconocer tus errores y implicarte a seguir pasando páginas de ese nuevo libro.

No hay que temer. Quien teme siempre da los pasos hacía la oscuridad. Hacía los por que esto, por que lo otro, etc.

Merece la pena pensar que la vida es justa, merece la pena darte, no solo una oportunidad, dártelas todas. Y seguir 'palante'.





No es jodido morir, lo jodido es vivir con miedos, temores. Tu libertad está más cerca de lo que crees. Tus palabras, tus sentimientos y tus pensamientos, nadie te los quitará. Nada te hace más libre que sentir y pensar.

"Es mejor el nunca jamás que el algún dia quizás ... " Cita de algo que escribí el 4 de agosto de 2007.

Me gustaría saber como me sentía ese día. Mi pensamiento habrá cambiado en bastantes cosas, mis sentimientos también, pero hay algo que siempre permanece en los rincones de la memoria del corazón: haber amado.

Sigo preferiendo ese NO! O: Nunca! Que ese: Sí, quizás mas adelante... Puede.

Desde ese momento, o antes, supe que a los quizás les sigue la herramienta de la felicidad egocentrica: la mentira.

En el final siempre hay un punto a parte que separe los sentimientos de la realidad. Esa vara de cerezo que te enderece, que te vuelve piedra. Ese consumismo de amores sin libertades, de amores de bares, amores de pegatina, de quita y pon. De pasaje. De amor que queda a la vuelta de la esquina.

Una derrota no significa que pierdes, significa que debes luchar más. Eso si, si no juegas, no ganas.
Abismo de palabras sin sentido. Cementerio de miradas desobedientes, desagüe de lágrimas impertinentes, vagabundas de amores de colores, de colores de calores, de labios moribundos de besar siempre al olvido.

Cae la noche y en la noche caen muchos de amar en silencio.

Silencio.

Acércate, no temas. No temas, tranquilízate, acurrucate entre mis brazos. No diré nada. No quiero oír palabras, ni promesas ni palabras adornadas. Qué solo quiero el silencio entre tu pelo, y en tus ojos, mi reflejo. Qué solo quiero oír paso a paso nuestros corazones por veredas sin razones de ilusiones sin futuro. No diré nada. No diré nada por no se escucha la voz del alma.

No quiero tanto, solo ser poco, no quiero ser nadie, solo quiero ser yo. Yo y el viento, el viento y los árboles, la lluvia y los matorrales, las pasturas y las aves.

Solo quiero un horizonte, un mar para añorar al monte, y un monte pa' va ver el mar.

Solo quiero saber, que no quiero saber nada. A veces los suspiros atragantan las palabras.

BLEH.

PD: Solo un día dejaré de ser como soy, y será cuando muera.
CND

Solo el tren te lleva a donde quieras. ( foto http://www.flickr.com/photos/clarapunkrock1/3321932945/ )

corazón de mimbre

Nube de acontecimientos, párpados cerrados, manos frías, corazón caliente.

Inimaginables sonidos bajo la luz, tenue, de un día lluvia, tintineo de gotas de sueños invisibles, alma pura y puro antojo a la vida. Rostro pálido, mirada perdida. Mirada perdida al suelo mojado.

Paso tras paso, respiración profunda, fuertes latidos interminables de sentimientos duros y sarcásticos en este corazón de mimbre, lleno de marchitas flores y pochas frutas.