Espero que durmáis tranquilos cada noche después de cumplir vuestro rol, atados con cadenas cómo títeres a las manos de seres egoístas, hipócritas, mentirosos, repugnantes, cobardes... Sois actores de segunda en un teatro en derribo, payasos en fase de prueba en un circo ambulante, monos de feria. Obviáis lo obvio para fijaros en los estrenos de cartelera y seguís los pasos de un pirata con pata de madera.
Vivís abnegados a la libertad, vuestra mente es vuestra cárcel. Cuanto más abrís los ojos, más ciegos estáis.
Un lamento, un suspiro y adiós.
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